Si estas sufriendo, si tienes problemas y detestas todos los minutos de tu vida, prefieres las ultimas tres horas.Cuando estás sufriendo, perturbado, tienes realmente problemas. Hay algo erróneo en ti.Seriamente erróneo.
No hay que buscar la felicidad en donde no está, ni tomar la vida por lo que no es vida, porque entonces estaremos creando el sufrimiento.
Experiencias y errores son normales y saludables; si no hubiese experiencias y errores, no habría riesgos.
Habría sólo la conformidad calculada. Esto no es la vida, ni el sentido de la Creación, ni la experiencia del amor, ni el mensaje del Evangelio.
Lo cierto es que el dolor existe porque rechazamos que lo único sustancia es el amor, la felicidad, el gozo.
No es la naturaleza la causa del sufrimiento, sino el corazón del hombre lleno de deseos y de miedos que le inculca su programación desde la mente.
La felicidad no puede depender de los acontecimientos. Es tu reacción ante los acontecimientos lo que te hace sufrir.
Naces en este mundo para renacer, para ir descubriéndose como un hombre nuevo y libre.
El ruido existe en tu cabeza, no en la realidad.
Tus evaluaciones hacen de este ruido una molestia.
Si te apegases a emociones negativas, nunca serías feliz.
No estoy diciendo que no puedas tener lo que se llama emociones negativas. ¡No sería humano!
Si nunca te sintieses ansioso o deprimido, si no te entristecieses por alguna pérdida, no serías humano.
Puedes sentir emociones negativas. ¿Sabes qué es lo malo? Cuando te apegas a ellas.
La única razón de que no estés amando todo el tiempo es que estás sufriendo.
Si no sufrieses, amarías. Estarías en paz, esparciendo amor y paz a tu alrededor.
Comprende que el sufrimiento no está en la realidad sino en ti.
Busca lugares de la memoria, del corazón, a los cuales siempre te puedes retirar para sentirte en calma y “refrescado”.
Este “retirarse” proporciona fortaleza para afrontar la situación del momento presente y también agudiza la percepción de éste.
La gran tragedia de la vida no está en cuánto sufrimos, sino en cuánto perdemos.
Los seres humanos nacen durmiendo, viven durmiendo y mueren durmiendo.
Toda mínima partícula de sufrimiento, toda emoción negativa pueden llevarte al entendimiento, claridad, felicidad y libertad si sabes cómo usarlos, si te das tiempo para comprender, como si pudieras verlo.
Señor, puedo ver.
Comprensión: fórmula para una vida feliz.
La desilusión trae una oportunidad gloriosa.
Es como despertar a una vida nueva.
Estás bien, aún cuando piensas que no lo estás.
No desperdicies ningún sufrimiento que te sobrevenga.
Ponte frente a las cosas que no puedes cambiar. Y di: sí. De esa forma, estarás nombrando a Dios.
Claro que es difícil. No te esfuerces. Pero si pudieses decir sí en el corazón, estarías diciendo sí a la voluntad de Dios.
Si estás doliéndote de tu pasado es que estás dormido.
Lo importante es levantarse para no volver a caer.
La solución está en tu capacidad de comprensión y de ver otra cosa que lo que te permites ver.
Ver lo que hay detrás de las cosas.
Piensa en algún sufrimiento, molestia o preocupación que tuviste.
Ahora piensa que, si tuvieses mayor conciencia, no habrías sentido dolor.
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