El líder del grupo

No es fácil ser dueño de un negocio pequeño. Cuando comienzas a tener una buena
clientela, llega un hábil competidor que te copia tu estilo o mejora tus métodos. Lo
siguiente es que ves disminuir tus entradas y te pones a vigilar tratando de evitar que te
perjudique otra ola de oportunistas.

Un hombre que vivía en la costa oeste de los Estados Unidos se encontró con esta
situación. Su primera empresa fue en la línea comercial. Cuando grandes compañías
prácticamente se apoderaron de las aguas, él comenzó a alquilar pequeños veleros y
kayaks a la gente que quería explorar la bahía. Muy pronto, otros que tenían socios más
adinerados comenzaron también esa línea.

 

De nuevo, necesitaba una nueva idea.

 

¿Y si comenzaba a hacer giras submarinas? Después de una investigación, se dio
cuenta que el costo de comprar y mantener un submarino estaba fuera de sus
posibilidades. Sin embargo, ¡un barco semisumergible con vista al océano no lo estaba!


La embarcación se parece a un submarino, pero no se sumerge. Los pasajeros pueden ir debajo de la cubierta y observar la fascinante vida debajo del mar.

 

Cuando tus entradas parecen irse con la marea, tal vez debas ser un poco creativo.

 

Hablas con otras personas, investiga, considera aun las ideas «locas» y saca lo que
puedas de ellas. Tú no sabes cuál es la ola que te puede llevar a salvo hasta la orilla
provechosa.

 

La obra creativa de Dios no terminó con su creación del mundo. Él sigue su obra hoy al
darnos a cada uno una dosis de creatividad. Nos invita a ser parte de su plan y propósito para la tierra al usar esta energía creativa. Sus ideas son el don de Dios para su provisión, prosperidad y el cumplimiento de su propósito en la vida.

 

Pídele al Señor que te inspire de una forma nueva hoy. ¡Pídele que te dé su siguiente
idea para tu vida!

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