La actitud clave en momentos difíciles

La palabra optimismo tiene su origen en el latín optimum y significa “lo mejor”. Justamente, una persona optimista es aquella que siempre espera y ve lo mejor en las situaciones que se le presentan. Es quien, a pesar de las dificultades, se enfoca en el lado favorable y positivo de las cosas.

Algunas veces, nos encontramos ante situaciones que de una u otra manera causan que nos sintamos desanimados, tristes o pesimistas ante lo que nos está ocurriendo, pero en ese preciso momento es cuando más debemos intentar tener una actitud adecuada que ayude a resolver tales situaciones.

A diario se nos presentan dificultades en las labores o actividades que realizamos. La actitud que tomemos frente a esto, será lo que define si lo que estábamos realizando se arruina o si todo estará bien y solamente es necesario que nos llenemos de paciencia y solucionemos las cosas.

Si, por ejemplo, estamos entusiasmados preparando una cena especial porque tendremos invitados en casa, y con más razón en esta época llena de festividades, y nos damos cuenta de que el horno quemó nuestra comida, la primera reacción ante esto tal vez sea el enojo, la desesperación, el desánimo…

Puede que en ese momento pensemos que toda la actividad que planeamos se haya arruinado o que ahora nada saldrá bien. Pero hay que saber que ésto son solo pensamientos que son parte uma energía pesimista que nos acecha y no precisamente sea la realidad o lo que va a ocurrir.

Ante este y un sinfín más de situaciones complejas que enfrentamos, lo que decide si nuestros planes saldrán bien, es la actitud que tomemos frente a dichas circunstancias.

Bien lo pensaba Abraham Lincoln, al afirmar que “Nos podemos quejar porque los rosales tienen espinas o alegrarnos porque los espinos tienen rosas”.

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