La misión de cada uno

Todos, al venir a la tierra venimos por algo, para realizar o desempeñar una misión la cual nos conecte con nuestro por qué y fin de vida; y a través de cumplir la misma, iremos evolucionando y alcanzando nuevos retos, los cuales nos harán estar más libres de karma y de dharma y estar más en nuestra esencia, uno de nuestros focos de luz.

La esencia, es la parte energética que tenemos que es más sabia, está conectada por lo que hemos hecho en otras vidas y nos ayuda  a resolver en esta vida desde una sabiduría propia, ya aprendida. La esencia se vincula con nuestra intuición. La intuición es el lenguaje de la esencia.

La esencia está ubicada entre las costillas y forma un triángulo entre las mismas que nos ayuda a estar en un equilibrio corporal real y tangible.

Una vez ya sabes donde tienes ubicada la esencia te voy  a dar dos ejercicios para que la trabajes: Para ubicar tu esencia y fortalecer tu cuerpo y para estar atenta a tu intuición.

Para ubicar tu esencia y fortalecer tu cuerpo:

Cada mañana, tumbado en la cama, empezarás a respirar por la nariz y visualizarás entre tus costillas un triángulo de color rojo fuerte, el cuál te va dando calma, fuerza y estabilidad corporal.

Cuando notes la sensación de fuerza abrirás tus ojos y verbalizarás de pie: “mi esencia me da fuerza para estar activo y positivo en el día de hoy”.

Se hace por la mañana para estar activo durante el día.

Para estar atenta a tu intuición:

Te tumbarás y empezarás a respirar por la nariz color rojo; el mismo creará un triángulo hueco entre las costillas de color rojo y en el centro del mismo habrá una boca, la cual empezará a hablar desde el susurro y la tranquilidad.

Eso me conectará con fuerza, paz, y eso se manifestará en que las ideas que acudan a mi mente sean claras y concisas y no entre en divagaciones y en lamentos los cuales me paralizan y no me permiten avanzar en el día  a día.

Se hace por la mañana para estar más en conciencia con lo que quiero obtener del día y que lo mismo sea beneficioso para mí.

Estos dos ejercicios te recomiendo que los hagas ambos por treinta días, verás que estás más conectado contigo mismo, con lo que tú quieres y con lo que te interesa para crecer y estar bien contigo mismo y con tu entorno; luego podrás empezar  a vislumbrar cuál es tu camino y para qué has venido a la tierra.

Vamos  a citar las misiones más comunes: Ayudar, escuchar, dar, recibir
Estas son las cuatro misiones que tienes que tener en cuenta y tienes que saber el por qué de las mismas. 

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